Comodoro Rivadavia, Argentina Diciembre de 1978

Comodoro Rivadavia,

Argentina Diciembre de 1978 

Que si la guerra viene, que si la guerra va, que los chilenos nos atacan, que si vuelan el Chocón  (pantano muy importe en la provincia de Río Negro) desaparece la ciudad de Viedma, la charla en el interior de la casa, a causa del  frío desubicado en esas fechas y en esas latitudes, mientras afuera un corderito se doraba a fuego lento ensartado en el asador. Era un jolgorio de abundancia, ante la tranquilidad de cada uno de los presentes de tener almacenado en su casa, víveres para varios meses e íbamos a dar cuenta, de los más perecederos, nuestro típico cordero patagónico, a punto de crecimiento para esas fechas.

La noche se caldeaba entre vino y vino y cada uno quería imponer su opinión en un juerga que mostraba claramente que para más de uno era, noche de canas al aire. Mujeres que habían anticipado su viaje para pasar las fiestas navideñas junto a sus familiares, hombres que trabajaban en el campo y aún no tenían su licencia por las fiestas, noche de oportunidades varias, ambiente heterodoxo de obreros a patrones, de docentes a alumnos, de niños disfrutando la noche de fiesta.

Música, vino, y charla, charla, discusiones, de repente alguien recordó el cordero y salieron unos pocos voluntarios a ver como iba la cocción, a buenas horas mangas verdes, el cordero había desaparecido consumido por el fuego y solamente sus muñones atados al asador y su cabeza se mantenían enteros, el resto, haba desaparecido en las llamas y desde allí el cordero parecía burlarse de todos nosotros, diciéndonos, no quiero ni imaginarme que comerán ahora, yo tampoco quería hacerlo, ya que la noche termino siendo una fiesta de pizzas. 

Alicia