sábado, 19 de mayo de 2012

Serie Emociones : La Ira



Al buscar información sobre la ira me sucedieron algunas cosas curiosas, una fue que encontré dos conceptos divergentes, por un lado la ira es uno de los siete pecados capitales tan incorporados en la educación judeo- cristiana que la mayoría de nosotros hemos recibido. 
Por otro la acepción psicológica de considerarlo un enojo pasajero y  reacciones mas o menos estridentes consideradas normales. 
Como en todas las cosas hay que buscar una media y verlo desde una perspectiva mas racional y eso es lo que quise hacer. 
No tomando en cuenta  la religión, bastión de nuestro pasado, ni la psicología como justificante a todos nuestros males,  intento pensar en las consecuencias de la ira, tanto para quien la emite, como para quien la recibe y darles mi visión tan personal como siempre a este tema de las emociones y en particular de la ira.
Pienso que la ira nos daña, ya sea emitida o recibida, cuando es desproporcionada al hecho que la desata. 
Y es así, que si alguien nos pisa sin querer, no podemos regañarle desmesuradamente como si la intención de esta persona hubiera sido pisarnos no solo para provocarnos un dolor físico, sino para demostrarnos que puede hacer con nosotros lo que le apetezca. 
No, no señores psicólogos no me digáis que esa ira es justificable, tampoco me digáis desde las creencias que es un enorme pecado, solo es una reacción violenta a una agresión aun cuando esta haya sido en forma accidental.
Creo que todas las emociones nacen como un perfecto derecho a sentir como lo hacemos en cada momento, otra cosa es  si ese sentimiento es exagerado o bien si se ve potenciado por actitudes o sucesos anteriores. 
No es el mismo pisotón si me lo da una persona a quien aprecio mucho, a que me lo dé  alguien a quien por la causa que sea ya le tengo cierta ojeriza y puedo llegar a sospechar que lo hizo totalmente adrede.
Una vez mas solo puedo  puedo justificar, aceptar y hasta perdonar la ira cuando: no es ejercida hacia un menor, cuando la emisora es una persona inestable psicológicamente, cuando es una reacción a anterior u anteriores agresiones y nunca cuando esta es ejercida desde la superioridad que da el físico, la relación parental o la relación de un superior sea cual sea la esfera en que se desempeñe.

Alicia

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