sábado, 16 de marzo de 2013

Habemus Papam

No tenemos remedio porque vivimos entre pre-conceptos y aún los que nos sentimos y creemos mas liberales, vivimos entre estructuras mentales que la mayoría de las veces, nos juegan malas pasadas, dejando en evidencia que aún nos queda mucho por aprender y mucho por aceptar.
Esta pequeña reflexión surge de mi reacción al conocer que tenemos un Papa argentino. Bueno argentino de nacimiento y de sangre italiana. 
Algunas personas que no saben lo lejos que vivo de la actualidad político-religiosa me saludaron entusiasmados, yo, no me sentí identificada. 
Tengo que reconocer que me alegre de que un latinoamericano haya accedido a ese lugar, que lo queramos ver o no, no resta la importancia que tiene, aunque esta sea mas que religiosa, política. 
Y ese fue mi problema, la falta de memoria, la mezcla de sentimientos al escuchar un nombre que vagamente reconocía y recordaba de alguna manera relacionados a la última dictadura. Prejuicios, pre-conceptos, situaciones no resueltas de violencia que no logra asimilarse. 
Eché mano a Wikipedia, que increíblemente la actualizaban a la par que yo leía, el informe era tibio, demasiado tibio para mis sentimientos. Y deje  volar mis ojos por periódicos de izquierdas, de derechas, hemerotecas y paginas varias,  invertí parte de mi noche en ello, buscando una razón para rechazarlo mas allá de su Papado.
Esta mañana con lo leído y lo meditado tuve que reconocerme a mi misma que era prejuiciosa, que las personas podemos errar, podemos arrepentirnos y podemos ser tibios en nuestras opciones en algún momento de nuestras vidas y también con alegría me di cuenta que podemos madurar y cambiar. 
Realmente perdí de vista a Argentina por decisión propia, no leo sus periódicos, no me involucro en comentarios políticos e intento no enterarme de nada, aunque es difícil teniendo a toda mi familia allí.  
Me basé para mi juicio sobre Bergoglio en un lejano recuerdo, en una época cruel que marco mi vida y la de muchos argentinos a fuego, juzgue a alguien solo por haber ejercido un cargo político, en lo que es la jerarquía de la iglesia, en una época difícil . 
Esta mañana cambiando impresiones con mi hija, pude verme a mi misma al decirle: no tengo derecho a juzgar a nadie  por haber sido tibio en su actuar contra la junta militar, fuimos demasiados los tibios. 
Será por eso que como se suele decir....... del dicho al hecho hay mucho trecho.
Pasamos nuestro tiempo encasillando a las personas  en lugares que seguramente no le corresponden, en virtudes o defectos, que seguramente no tienen,  sin darnos cuenta de que estamos proyectando en ellos nuestra propia culpa, nuestro propios miedos ,  nuestros errores y nuestras frustraciones. 
Ojalá pudiésemos cambiar esto. Amén.

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