viernes, 12 de septiembre de 2008

El tren de los ciegos:Argentina 1976 – 1989


Cuando llegaron, era un clamor popular que los llamaba, yo tenía solo 22 años, pero no dejo de hacer mi mea-culpa en que era una más que los llamaba. Inocentes ignorantes que no sabíamos que con ellos se iría no solo nuestra cultura, sino sus más altos referentes.
Cuando los terroristas  empezaron a actuar en nuestro país, se mostraron como un grupo bastante lírico y utópico, clamaban por alimentos, ropa y educación para los más desfavorecidos. Pero la corrupción acecha y se introduce en todos los estamentos y nunca las armas dieron la razón a nada. La primera actuación importante de ellos,  en el país fue en 1970 con el rapto de un acaudalado industrial y las condiciones ya dichas, a los que alguna ves nos enfilamos bastante mas a la izquierda que el resto, nos parecieron héroes, valientes con garra que harían algo por cambiar un país de terratenientes, acaudalados y grandes diferencias sociales y económicas, mas pronto tuvimos que dejar caer la venda de los ojos para ver que ellos eran solo un fraude mas, luchando por el poder, luchando por imponer sus ideas, luchando en la guerra y no en la paz.
Mas tarde llegaron los aclamados salvadores del país y sus tradiciones. Mas ellos también nos traicionaron,  no solamente con los 30.000 desaparecidos, no con los niños robados que aun hoy son miles sin identificar. No, lo peor que hicieron es robarnos nuestra cultura.
Sí, nuestra cultura, quemando libros, clausurando periódicos y emisoras de radio y televisión, digitando la enseñanza en las escuelas, que diréis vosotros que se reponen? No que va! Pasaron siete años en que niños se hicieron adolescentes, adolescentes adultos y aún mayores, sin acceder a ciertos libros que han sido y serán fuente de cultura. Se preguntaran que tenían esos libros, pues desde ya no eran libros de Marx, Lenin, ni otros representantes de la izquierda política, esos fueron los primeros en quemarse. Estos eran libros de poetas pensantes, eran libros religiosos, eran libros latinoamericanos, era la Biblia, o el Talmud, o el Corán, todo estaba mal. Teníamos un sacerdote amigo que fue detenido y encarcelado por llevar una Biblia Latinoamericana, saben lo que es eso? El enorme pecado de una Biblia escrita en nuestro popular lenguaje, con aclaraciones para gente no tan letrada en la palabra de Dios. En fin, destruyeron nuestra alma, si, Argentina empezó a ser un enorme país de cuerpos sin alma, sonámbulos caminantes que solo sabían decir, “ no te metas”  “ por algo será”, a todo esto llego el famoso mundial de football de 1978  y los argentinos salimos a la calle con carteles “ somos derechos y humanos” mientras solo en el exterior y solo algunos países reclamaban por nuestros propios derechos humanos.
Y así siguieron pasando los años de horrores y miserias, que ya de una u otra manera nos afectaban a todos.
Aunque ya pasado el primer deslumbramiento muchos empezamos a abrir los ojos. Y a anhelar la libertad. Pero un día llego la famosa guerra de Las Malvinas, una ves mas el pueblo salio a la calle a apoyar a sus gobernantes. Solo que esta ves yo no estaba allí, quizá no tanto por el asco que a estas alturas me provocaban nuestros gobernantes, sino por amar la paz en el hogar y en el mundo entero.
Recuerdo haber llevado ese dos de abril  mi niña al colegio y ante el entusiasmo de padres que se felicitaban entre sí, por la invasión , yo me repetía una y mil veces, ya lloraran, ya lloraran……..Y así fue, no tardamos en llorar por todos aquellos muchachos de solo dieciocho años que morían de hambre y de frío ( mas que por la metralla enemiga) en un inusitado invierno patagónico, que nos regalo en  las ciudades de clima mas benigno, ocho grados bajo cero, vistiéndolas con un manto blanco.
Los niños iban al colegio con su fotografía y sus datos colgados al cuello como una identificación anticipada. Los padres mas concientes pensábamos quien y como nos habían metido en esto.
Pero esto también paso. Y si sirvió para algo esa guerra, fue ni más ni menos, que para abrir los ojos de los ciegos del país y que fuéramos  ya muchos los que luchábamos por la democracia.
Y por fin llego, en diciembre de 1983 vino de la mano de las elecciones y de un ser extemporáneo para el que el país no estaba preparado; el quiso darnos la libertad y quiso devolvernos la cultura, y quiso,  y quiso, pero allí escondidos, estaban los intereses creados de siempre, los boicot que le produjeron desde la izquierda y desde la derecha fueron feroces. Y un día se fue, con la cabeza baja de los vencidos y solo un puñado de argentinos que logramos mantener la cordura y el raciocinio fuimos capaces de entender que habíamos perdido el ultimo tren vidente en muchos, muchísimos años.
Para que seguir, es imposible volcar en una hoja de papel y pocas frases, el dolor que nos lleva, a los pocos que somos, a darnos cuenta que el tren de los ciegos sigue adelante. Que los políticos de turno se siguen llenando los bolsillos con el hambre del pueblo, que los jueces no imparten justicia, que los legisladores no legislan, y que el tren de los ciegos sigue su carrera desaforada, para el “país del nunca jamás”

Alicia 

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