¿Valió la pena?

Después de tanto tiempo volvió a caminar las mismas calles, el viento que lejos de amainar soplaba furioso, le trajo recuerdos no deseados, no es que fueran malos, no al contrario, pero evidentemente eran parte de un pasado ya lejano.Las preguntas se agolpaban en su cabeza y sin darse cuenta como hipnotizada se dirigía a la playa aunque el día no se prestara.
Cuando pisó las piedras que la formaban el calor que sintió en sus pies la hizo salir de esa sensación de dejavú que la había apoderado. 
Levanto la cabeza miró el mar, las olas que chocaban contra el espigón por mandato del viento y volvió a volar..... se vió niña, se vió adolescente y se hizo consciente la mayor de las preguntas: ¿valió la pena?
No estaba preparada aún para aceptar la respuesta, si esta fuera afirmativa tendría que aceptar que cada minuto vivido con sus aciertos y errores, eran solo los hitos de un camino que la habían devuelto al punto de partida, pero desnuda de afectos y posesiones. 
¿Era ello la lección que había venido a aprender a este mundo, la finitud de las cosas, de los momentos, de las personas para refugiarse en las viejas religiones que hablaban de vida eterna?Quizá....
Si la respuesta por el contrario fuera negativa, no valió la pena, tendría que hacerse cargo de que nada de lo hecho, de lo vivido, nada de lo ganado o lo perdido,  tenía sentido.
No, no era día de plantearse esa pregunta y a pesar de intentar sacarla de su mente las lágrimas corrían por su rostro que cubierto de la tierra que llevaba el viento fue lo que propició que quedara embadurnada con el triste payaso que llevaba en su interior últimamente, sacó el pañuelo e intentó limpiarse el rostro lográndose solamente extender la suciedad.
Se acercó al agua, enjuagó su cara y el pañuelo, la sal del Atlántico se amalgamó con las saladas lágrimas, la pregunta seguía repiqueteando en su mente. ¿ Valió la pena? 
Dime: ¿ valió la pena?
Pasó un tiempo de este viaje imaginario, hoy en el Mirador del Bendito con un sol escandalosamente alegre y apenas una brisa despeinándome, de cara al Mediterráneo, encontré la respuesta, todo absolutamente todo lo que he vivido, valió la pena. Gracias.