Entre los alambrados
de la cerca un jirón de género rojo refulgía bajo el sol. Hacía días que lo
miraba sin entender muy bien de donde había salido, quien lo había perdido en
ese lugar, de repente en un impulso, como todos repentino, se dirigió al lugar e
intento liberarlo de su prisión, le costó algún esfuerzo sin embargo logro
sacarlo y extenderlo sobre el césped intentando averiguar cual había sido su
lugar anterior. ¿Parte de una camisa?
¿De un vestido? ¿Quizá algún tipo de túnica?
El género era bastante
rústico pero no más que cualquiera de los que hoy se venden para vestuarios
informales. Lo sobo primero firmemente luego empezó sin sentido a acariciarlo,
no sabía porque lo hacía pero su mano acariciaba y acariciaba el trapo ya un
tanto mugriento, sin razón alguna.
Se vió
transportado a otra época, o era otro lugar? O era otro planeta?. El trapo le seguía
quemando la mano bajo la caricia, parecía devolverla o quizá se defendía? ¿De
que, de quien, de que daño?...........
...….Las personas
caminaban por las calles apresuradamente, entre los gritos de los vendedores
del zoco. Las alfombras, alforjas, túnicas, y otros elementos se entremezclaban
sin ningún orden y resplandecían bajo un sol de justicia.
A cierta
distancia algo llamo su atención, un elegante vestido mas propio de una
princesa que de las mujeres que a aquel lugar acudían, brillaba colgado desmadejadamente
de un perchero, era rojo, brillaba y parecía mas rojo aún. Algo le resulto
familiar, conocido, se acerco y sin quererlo lo empezó a acariciar distraídamente,
¿que le recordaba? ¿A quien? ¿Quien llenó sus formas y dio movimiento a sus
volantes?.
Repentinamente un
vendedor apareció preguntándole: ¿le gusta? ¿Es para su mujer? Para una amiga?
El guardo silencio, no sabía que responder, no tenía a quien regalárselo. El
vendedor seguía hablando y hablando y no hacia mas que exacerbar su paciencia.
En un ademán de
querer desenganchar el vestido este se desgarro, el trozo que quedo en la mano
del vendedor le era conocido, la forma, el color, el brillo al sol, volvió a la
cerca allí seguía el género rojo extraño y sin dueño.
Alicia
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