lunes, 7 de mayo de 2012

El viajero

Las calles de la ciudad le resultaban familiares, aunque se sentía extraño y no sabia muy bien como había llegado allí.
Las viviendas en su mayoría casa unifamiliares, daban al lugar un cierto aire bucólico. quizá porque era un domingo de verano. 
Al pasar por un quiosco de prensa se detuvo y cogió un periódico, en el pudo leer miércoles 19 de enero, volvió su mirada al dependiente que clasificaba revistas y periódicos sin prestarle atención, dirigiéndose a él le dijo:
- Perdone usted me podría decir que día es hoy?
El dependiente mirando alternativamente a este raro señor y al periódico que tenía en sus manos le contesto:
Pues tiene el periódico en sus manos, ¿es que no sabe leer?  
No podía creerlo, aparecía de repente en un poblado que no conocía, no era domingo, era miércoles y no era  verano como el creía, por el contrario era pleno invierno. Algo estaba mal, se metió la mano en el bolsillo de donde cogió un puñado de monedas y pagando el periódico se marcho.
Realmente no sabia adonde estaba, ni adonde se dirigía, ¿pero es que en realidad sabia algo?¿adonde tendría que haber despertado? ¿que hacia allí? lo que es peor........¿quien era?
Trato de calmarse ya que instintivamente se daba cuenta que si caía en la desesperación entendería menos aún. 
Quizá una juerga con los amigos lo había dejado en este estado, pero ¿que amigos?
Empezó a revisar sus bolsillos en busca de alguna documentación, sus bolsillos están vacíos, solo algún dinero del mismo del que cogió las monedas y aunque poco sabia, se daba cuenta que no le alcanzaba para mucho.
Decidió entrar en una cafetería y tomar algo caliente. Claro era  invierno aun cuando sus ropas y todo su aspecto era el de un turista playero al que le habían robado el mar y por ende la playa.
Recapacito en que su propia vestimenta, mas el aspecto del lugar, lo engañaron pensando que era verano, pero no realmente hacia frío............ brrrr.............. que frío!!!!! ¿como no lo había notado antes?
En el recinto olía a café  molido y bollos recién horneados. Se sentó en un rincón esperando no llamar la atención con su vestimenta y su cara cansada, pálida y de ojos perdidos. 
Sí, sus ojos buscaban, lo que su cerebro no podía recordar, ya que no lograba encontrarle sentido a nada de lo que estaba sucediendo.
Una camarera entrada en carnes pero joven aún, se acerco con una gran sonrisa saludándolo :
- Hola Carlos ¿que haces hoy por aquí?
Con sorpresa se escucho contestarle:
- Lo de siempre, bonita lo de siempre.
Encargo rápidamente un desayuno acorde a su presupuesto y volvió su atención al periódico, ya que no quería que esta mujer siguiera hablándole. ¿Que le contestaría?
Quizá debía aprovechar que ella lo conocía para hacerle algunas preguntas, pero......¿que actitud tomaría hacia él, al saber que ni siquiera recordaba su nombre?
Sumergió la cabeza en el periódico, primero buscando adonde se encontraba, luego confirmando la fecha, que antes había leído, nada, daba igual, no recordaba haber estado nunca en esta ciudad.
Siguió leyendo, encontrando raramente que el contenido de este ejemplar traía mayoritariamente buenas noticias, por lo que mas sorprendido aún, buscaba y buscaba a ver si algo de lo que leyera lograba aclararle la mente.
En eso estaba cuando la camarera nuevamente se acerco a él, estaba vez, con una gran taza de café y algunos dulces.
-Vaya no te esperábamos hasta el mes que viene, como es que te has adelantado tanto?
El se metió en la boca rápidamente un dulce asintiendo con la cabeza pero sin dar respuesta alguna.
La camarera decidió dejarlo desayunar tranquilo, después de todo llevaba tanto tiempo en las carreteras, que era propio que se sintiera cansado.
Comió con fruición, al terminar nuevamente hecho mano a sus bolsillos como buscando algo, mmmmmm!!!!! no sabía que buscaba ahora, ¿sería un cigarrillo? ¿sería un fumador empedernido? daba igual, no tenia tabaco y ahora se daba cuenta que allí no se podía fumar. 
Cuando se incorporo para marcharse, la camarera solícita le dijo:
-¿ya te vas? ¿ te marchas? ¿adonde te diriges ahora?

No sabia que responderle, por lo que sin mas explicaciones le sonrió tendiéndole un billete.

- Vale, vale buen viaje, la escucho decir, y avísanos como sigues.
Nuevamente en la calle empezó a caminar rápidamente, sus pies parecían moverse solos sin ton ni son y aunque avanzaba no sabia adonde iba. 
Empezaba a alejarse del centro urbano y se extendían frente a el grandes campos de trigo y maíz, que curioso, parecía una ciudad agrícola, nada mas lejos (pensó) de una ciudad de playa y veraneo.
Siguió andando por la orilla del camino, extrañamente no veía carteles que le indicaran hacia donde se dirigía solo la ancha cinta asfáltica que parecía extenderse mas allá de su mirada.
Un mojón marcaba el numero 1901, ¿kilómetro mil novecientos uno? ¿desde que lugar? o ¿ hacia donde?
Se sentaría un rato allí a descansar pensó y así lo hizo, abriendo nuevamente el periódico sin fijarse por donde lo hacia, una foto le llamo la atención, un hombre sonriente lo miraba desde el papel ya a estas alturas bastante arrugado, le pareció una cara muy conocida, aunque no recordaba bien de donde. Leyó rápidamente la nota que seguía a continuación, a ver si esta fotografía y aparentemente conocida y su texto, le traían algún recuerdo a su amodorrada memoria. 
"El viajero ciclista Carlos Sifuentes ha desaparecido de las carreteras principales. Luego del accidente en el que perdió su bicicleta y aun convaleciente, las autoridades no logran encontrarlo y no pueden asegurar si se encuentra vivo o muerto.
Que raro, ¿quien seria aquel hombre que se dedicaba a recorrer el país en bicicleta como un desafío a los sistemas de gobiernos actuales? no lograba entender, como alguien podía ser tan pueril. 
Nuevamente cerro el periódico y alejándose de la carretera, camino hacia un lago que veía a la distancia.
La caminata le llevo bastante tiempo, estaba cansado, dolorido, desconcertado, mas desconcertado aún cuando llego a las orillas del lago y se acerco ávido a beber agua fresca de su orilla.
Un sobresalto le recorrió todo el cuerpo, el agua se le escurrió de las manos al separarlas repentinamente. Allí, desde el espejo azul del agua, el ciclista de la foto, con aspecto enfermo y cansado, lo miraba como pidiéndole ayuda. 
El agua, el lago, el pueblo, Carlos, el ciclista, la camarera, el vaho esfumándose, el cielo girando y la oscuridad......... 

Alicia

1 comentario:

  1. misterioso no? da un poco de temor, no saber quien eres y donde estas

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