jueves, 24 de mayo de 2012

Comiendo pipas sin parar...............


En esta época del año, otoño en Argentina, las lluvias arrecian muchas zonas del país, una de ellas es Patagonia y mas precisamente la ciudad en que yo vivía. 

Por algunos azares del destino el constructor que edifico mi casa, se peleó con los niveles y esta había quedado unos pocos centímetros mas baja que el resto del predio, que por ser muy grande, oficiaba de gran laguna ante las lluvias otoñales. 
Es así como una noche de intensa lluvia, me desperté y veía navegar el periódico del día que seguramente había caído al suelo al quedarme dormida. 
Cerré y abrí los ojos porque siempre temí las fuerzas ocultas, y con ellos llenos de sueño no me daba cuenta que motor propulsaba su paseo, en un momento me percaté que se había transformado en improvisada balsa, ante el natural trasvase de aguas de todo el solar a mi casa. 
Aún medio dormida y con la poca lógica de la que podía disponer de madrugada, sabía que no debía meterme en el agua, eso de la electricidad no es lo mío, pero sabía el peligro que entrañaba, por lo que tal cual como en un deporte de aventura, accedí primero a la ventana, de allí a algunos muebles que había al otro lado y así sucesivamente fui buscando puntos aislantes abriéndome camino a la caja de electricidad hasta que logre interrumpir el servicio eléctrico. 
Ya pudiendo chapotear tranquila por la casa, me dedique a aquilatar daños, quien era capaz de dormir con diez o quince centímetros de nivel de agua adentro de la casa? 
Al momento apareció para cerciorarse de mi estado, mi única vecina y amiga, que era la esposa de otro empleado de la empresa, y conocía el problema de mi casa, ambas nos sentamos en la sala con los pies arriba de de una pequeña mesa y pasamos el resto de la noche comiendo pipas desesperadamente, como si ello nos fuera a dar la respuesta de cómo sacar el agua que nos invadía. 
Con las primeras luces del día se le sumo su esposo, con consejos tardíos de esos que solo te hacen sentir el mas tonto de los tontos y la verdad a pesar de ser un amigo no pude menos que responderle , déjame en paz!! 

Y luego de confirmar por enésima vez que mis hijos se encontraban bien, me metí nuevamente en la cama con la esperanza que el agua se retirara, por lo menos tan sola como llegó. 


Alicia


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