sábado, 22 de diciembre de 2012

LLueve

Está lloviendo, casi como cada día de los últimos meses, con la cabeza apoyada en mi puño emulo a "El Pensador" de Rodin mas mi mente se niega al reposo, la tensión de mis músculos me produce malestares indecibles. 
Me doy cuenta de mi propia rigidez, aspiro hondo, espiro y aflojo los músculos, entre tantas cosas, la práctica de yoga me enseñó a dejar ir las tensiones. Me siento mejor, por lo menos los músculos ya no están agarrotados, aunque el tic tac de un reloj invisible me marca que el tiempo pasa inexorablemente y que un día sin vivir, nunca será vivido solo perdido.
Me ofrezco al esoterismo de dioses antiguos y modernos, de energía sanadora azul o violeta y siento que la paz empieza a llegar en forma de optimismo.
Aunque los últimos años me hayan robado mucho de mi misma siempre fui alegre y optimista. 
Hoy lucho por las cosas que en realidad me interesan, por seguir creciendo en mi interior, por recuperar proyectos pospuestos y sueños perdidos, por seguir nuevamente en la senda por mi misma marcada.
Este escrito no es un lamento, es un canto de fe y esperanza, es saber que dí algunos pasos más en mi camino, es aceptar que nunca llegaré a la meta porque no hay meta. 
Mi camino no tiene una bandera de llegada, no tiene premios ni castigos, solo es eso un camino que espero recorrer hasta el infinito.
Y me doy permiso para pensar que estoy haciendo solo una etapa del trayecto; que no importa que o quien quede en el camino, que solo quiero seguir buceando en mi interior y sintiendo que soy congruente con mi misma.
Hoy llueve, hace frío, hay viento, Nerja, no parece Nerja. Pero en mi interior, allí, solo hay lugar para el brillo del sol. Bienvenido sol, adiós lluvia.

Alicia

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