martes, 8 de mayo de 2012

El Caos



Cuando llegue el caos me fundiré entre las amapolas, pondré margaritas en mi pelo y me rodeare de collares de campanillas. 
Cuando llegue el caos no me importara hacer ayuno, pero no me comeré a mi perro, lo dejare libre para que escape y si se mantiene a mi lado, le diré quedamente en su idioma, que seguramente a esas alturas ya  hablare: vete, huye, que cuando las personas se cansen de ayunar querrán comerte. Huye a la montaña seguramente encontraras abrigo y comida hasta que pase esta locura. 
Cuando llegue el caos estaré seguramente sola, como ahora, pero no me arrimare a nadie, por que seguramente nos perderemos en el caos, hace tiempo se veía lo que se nos acercaba, si teníamos comida, nos faltaba bebida, si teníamos bebida seguramente no teníamos comida, si teníamos abrigo es que hacia calor y cuando no lo teníamos hacia frío. 
Nadie le prestaba atención a estas pequeñas cosas domesticas, pero se notaba cada día un poco mas el desorden y a veces se hacia imposible seguir adelante, los coches quedaban abandonados en la carretera por falta de combustibles, los niños vagaban llorando por las calles, ante la ausencia de sus padres, que los dejaron en los colegios y no los fueron a retirar,  tenían frío, hambre y sed pero no sabían a quien arrimarse para que los ayudara.
Los caóticos eran buenas personas, pero eran los menos confiables, los previsores de tanto que preveían te terminaban ahogando, a quien pedirle auxilio?......
Alicia 

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