No pude hacer otra cosa, ya me habían enseñado a conseguir la felicidad con muchos sacrificios, me habían contado que era el premio a los esfuerzos, los resultados de un camino hecho, la llegada, el arribo, la nostalgia, el amor.
Un día me di cuenta, que los sacrificios no me hacían feliz, pero si la risa tonta de una mañana de invierno.
Hice muchos esfuerzos que tampoco me gustaron, sin embargo día a día, tenia mas relámpagos de felicidad que de tormentas.
Y cuando quise ver los resultados del camino hecho, tampoco los encontré ya que a esas alturas había aprendido que la felicidad solo estaba en el camino y no en el arribo.
Y me quede un poco vacía, un poco hueca, los lugares que algún día llenaba la felicidad se iban vaciando poco a poco, al no ser un fin sino el camino y al ser hoy este camino ocioso............ mas y mas vacío me acechaba .
Entonces me di cuenta, vi los fantasmas y supe que debía albergarlos, dejar que me habitaran, eran los fantasmas de la sinrazon y por ello en una acogedora locura los tenia en mi dandome la felicidad.
Alicia
me gusto. muy bueno
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