martes, 1 de mayo de 2012

Aventura en noche de viernes.




Volvía de la tertulia como tantos viernes, ensimismada en mis pensamientos, como si viviera sola en el mundo, cuando
en mis cavilaciones llegue al portal  donde vivo y encontré una situación por lo menos risueña. Eran sobre las once de la noche y algún telefonillo (como le decís aquí)  había quedado pulsado, por lo que a mas del ruido, entrabas al portal con solo dar un empujoncito a la puerta. Malo porque sin ser miedosa, ya uno piensa: aquí entra cualquiera!!!!.
Cuando fui a pulsar para llamar al ascensor, me di cuenta, que no solo estaba en planta baja, si no que permanecía la puerta interior abierta y alguien manipulaba algo en sus manos sin decidir que hacer con su vida. 
Luego de pensármelo unos segundos, abrí la puerta exterior como para decir : que haces?  aquí estoy yo! 
Viendo dentro un señor de edad media que me miro con ojos despavoridos. Diciéndome:  
- me vas a matar de un susto!!! 
A esas alturas y ya con un poco de miedo en el cuerpo, le dije: 
- que haces tú, ni subes ni bajas!!!! 
Pero el señor que parecía algo pasado de copas u otra substancia no dejaba de decirme que casi lo mato del susto. 
En fin para zanjar el tema le dije: 
- bueno sube que ya subo yo. 
Pero esta persona era muy educada y sobre los efluvios del alcohol me decía: 
- no, no, subimos los dos. .........
Que va!!! lo único que me falta es encerrarme en un ascensor que esta hecho como para los pitufos, pegada a un desconocido que encima estaba pasado quien sabe de que. 
Lo mas seria y contundente que pude, le dije: 
- no sube de una vez y deja libre el ascensor. 
A lo que el señor obediente cerro la puerta, pero seguía sin subir.
Epilogo: 
subí cuatro pisos por las escaleras, lamentándome  
y preguntándome a mi misma: porque la gente no conocerá sus limites????? 

Alicia

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