domingo, 29 de abril de 2012

Dentro del cuerpo – La culpa – La arrogancia



A lo largo de nuestras vidas, sufrimos o hacemos sufrir con sentimientos que no podemos definir exactamente como virtudes. Es así como según la situación y el contexto somos víctimas o victimarios, sin darnos cuenta que mas allá de los motivos, lo único que deberíamos hacer, es tratar de desterrar de nuestro diario actuar, las palabras y las acciones que dañan a otros y que como un búmeran nos vuelve dañándonos a nosotros mismos.
Es por eso, que teniendo una naturaleza no demasiado humilde, hace muchos años que trato de extender a todos los que me rodean el buen trato, la humildad y la razón a través del análisis, para no caer en situaciones que provoquen dolor, a mí o a otros.
La semana pasada, sucedió un hecho que no por sabido, me dejo indemne. La semana pasada, llegó a mis manos una nueva sentencia que rechazaba los términos planteados por mi y mis representantes a los hechos acaecidos con Gustavo.
Realmente este es un tema muy difícil en todos los sentidos. Por un lado, quizá las heridas son muy recientes, por otro si bien no me gusta hablar de culpa, reconozco que no puedo menos que sentirme culpable de muchas de las cosas acaecidas.
Este nuevo hecho, es solo una sentencia más, por razones diversas, también es la última, será por eso que para mi, es un hecho tan importante como para ponerme a reflexionar.
Es que esos profesionales de la salud (como algunos los mal llaman) son arrogantes al punto de sacrificar la vida de una persona? O es que chocaron con un ser igual de arrogante que no estaba dispuesta a oír algo, que no quería oír? Es aquí donde la arrogancia choca con la arrogancia, donde los gritos chocan con los gritos y donde nadie “quiere bajarse del caballo” que terminan sufriendo los más débiles o por lo menos los que están momentáneamente indefensos.
Le he pedido perdón mil veces a Gustavo por no haberme tragado la lengua, por no haber sabido aceptar que ellos tenían las herramientas en la mano para que pasara solo lo que ellos quisieran que pasara, es fácil decir me las pagaran, cuando a uno le queda una vida por luchar, pero para quien se va? No tenía derecho a pasar sus ultimas horas mas calidamente sin que lo abandonaran por desprecio o venganza, a su esposa o hijos ? Es que no es conveniente a veces aceptar a estos arrogantes, sin arrogancia pero de forma mas contundente?
Pero claro esa no era, yo y hasta aquí llegue, solo tres años mas tarde, reconociendo que a veces y aunque solo sea a veces debemos sacrificarnos por nuestros seres queridos, sacrificarnos aunque sea demostrando ser, lo que no se es, un entrañable y acatador cachorro, ignorante, obediente, sumiso…………………el resultado final no hubiera sido el mismo? A esas alturas por una u otra causa ya estábamos condenados, y al igual que el pez zarandearnos para soltarnos del anzuelo, solo nos podía causar mas dolor. Hoy siento que no quiero tener que arrepentirme mas de lo que hago, que no quiero esperar a confiar en la justicia de los hombres por que esta no existe,, hoy siento que a los efectos del bien vivir? Es mejor ser oveja y no lobo, después de todo, quien hace caso a un lobo solitario que aúlla su razón ante sus congéneres sordos?
Quizá el tema al igual que en Hamlet sea ser o no ser, y hoy elijo mil veces no ser, ya que el ser si bien es mas sano trae implícito un sufrimiento desmedido y la mayoría de las veces inmerecido.
Esto es un hecho real, esto es mi día a día, esto es mi vida, ahora nunca mas me preguntéis porque elijo en cada acto de mi vida la paz, esa paz que ansiaría para mi y que me es tan difícil conseguir, solo porque alguna vez quise salvar la vida de alguien y acabe precipitando los acontecimientos. Después de todo, solo me queda adentro de mi cuerpo y de mi mente, la arrogancia perdida a fuerza de dolor, y la culpa de no haber sabido ser mejor actriz.


Alicia 

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